¿Qué son los Carve-Out? ¿Ha llegado su momento?

La irrupción del Covid-19 y las medidas adoptadas para controlarlo han dibujado un nuevo escenario a nivel económico y han supuesto la revisión de los planes de negocio diseñados para estos años.

Las Compañías han abandonado sus objetivos de crecimiento y se han centrado en la supervivencia, siendo la liquidez y la financiación el principal foco de atención. La caída de la demanda ha supuesto, para la mayoría de los sectores, una reducción drástica de los ingresos a corto plazo y escasa visibilidad de los mismos a medio plazo. Las Empresas han puesto el foco en la gestión de circulante, la reducción de costes y el apalancamiento financiero, muchas veces a través de los préstamos ICO.

En este nuevo entorno económico, los Carve-Out se plantean como una alternativa muy interesante para las Compañías. Los Carve-Out consisten en la segregación de unidades de negocio, participadas non-core o Activos no fundamentales de la matriz. La desinversión y monetización de activos permite a las Compañías centrarse en su actividad principal y destinar dichos recursos a la reducción del endeudamiento o a CapEx.

Estas desinversiones industriales responden a cuatro estrategias:

1. Dar visibilidad al valor de un Activo
2. La necesidad de desapalancar la Compañía
3. Desprenderse de un negocio con poco encaje estratégico
4. Oportunidad de crecimiento con un nuevo socio

Los Carve-Out no sólo tienen un sentido económico, sino también estratégico ya que permite al equipo directivo centrarse en las principales áreas de negocio. Estas operaciones suelen estar protagonizadas por grandes compañías multinacionales que deciden centrarse en mercados y negocios más operativos. También es una tendencia natural en ciertas Compañías como Sacyr, ACS o Ferrovial el rotar la cartera dentro de su estrategia de desprenderse de negocios maduros.

Han sido una práctica habitual en sectores como el de las Telecomunicaciones, donde han aparecido tenedores de infraestructuras que subarriendan los activos a los operadores móviles, permitiendo a estos últimos un incremento en el CapEx para la llegada del 5G. El sector financiero ha sido otro de los protagonistas, los bancos han vendido carteras de non performing loans, gestoras de activos, y participadas en el sector inmobiliario para centrarse en la actividad puramente bancaria.

En los sectores más afectados por la crisis (turismo, restauración, automóvil, ocio) se va a producir una concentración acelerada, por lo que habrá más fusiones y desinversiones de lo habitual. Estos procesos de desinversión, van a suponer una ventana de oportunidad para el Capital Riesgo.

Las necesidades de tesorería de las Compañías coinciden en un momento en el que los fondos de Private Equity disponen de 4.000 millones de Euros de “pólvora seca” – dinero comprometido y listo para ser invertido. Casi el 70% de las operaciones corporativas son protagonizadas por este tipo de gestoras. Es por ello, que la industria de Capital Riesgo se plantea como una parte de la solución ante el nuevo escenario económico.

Por Javier Navarro Enguídanos, Analista en Vinca Capital Corporate Finance